Códigos éticos (I)
Estos días se me plantea la duda sobre qué exponer durante una clase para emprendedores compuesta de un número reducido de personas con un proyecto empresarial más bien modesto. ¿Qué podría explicarles dentro de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que les fuera útil?
Parece que las grandes corporaciones son las que llevan la voz cantante dentro de los temas éticos de una manera bipolar: son los que más hacen por ella en cuanto a su desarrollo, informes y control, pero al mismo tiempo son los que más incumplen unos mínimos éticos y de derechos humanos. Es más fácil trabajar en la implantación de la RSC en una empresa de cierta envergadura, que encontrar de qué forma una empresa pequeña puede mejorar incorporando en su gestión estos temas.
En mi opinión, una herramienta muy útil, visible y “palpable” es el código ético, dado que puede incorporarse y seguirse por cualquier tipo de empresa por pequeña o grande que sea. Pero en un proyecto modesto de empresa casa perfectamente con la gestión del pequeño empresario porque si algo les caracteriza es el lema “pequeño pero honrado”.
Debido al tamaño del artículo, dejaré tres partes. En la primera de ellas dejo una explicación de qué es un código ético, en la segunda (código ético II) de qué partes consta y para qué sirve y en la tercera (código ético III) por qué pienso que es tan útil y de tanta ayuda al pequeño empresario.
Un código ético[1] es una forma de expresar públicamente la honestidad y el seguimiento del camino ético por parte de nuestra empresa. Entenderemos que lo hacemos público exponiéndolo bien visible en nuestra web, en nuestra publicidad, en un tríptico explicativo o por cualquier medio a nuestro alcance donde tenga un sentido su difusión.
Al plasmarse en un documento, es como lo hacemos público[2] y adquirimos el compromiso frente a la sociedad. Este es el “principio de publicidad” de Immanuel Kant, en el que presentó la cuestión de si haríamos o decidiríamos hacer las cosas que hacemos, si éstas fueran conocidas por la opinión pública.
Los códigos éticos empresariales: definen los valores y las normas morales por los que se debe regir la organización, afirmando un compromiso.
Podemos encontrar códigos éticos, códigos de conducta y códigos deontológicos y para aclarar el concepto de voluntariedad u obligatoriedad en el seguimiento de cada tipo, añadiremos que existen los enfoques de cumplimiento de normas y los de integridad. El enfoque de cumplimiento es el que incentiva o castiga, como en los códigos deontológicos o códigos de conducta y los enfoques de integridad son los que buscan un compromiso voluntario, como son los códigos éticos empresariales.
En esta distinción entre cumplimiento e integridad vemos que uno fomenta la gestión típica de empresa clásica, cumplidora de normas, que previene conductas ilegales y que su liderazgo es el de la autoridad de recursos humanos o de los departamentos jurídicos y que los intereses de las personas son materiales y particulares, el otro, el de integridad, fomenta la responsabilidad individual, por su propio criterio, el liderazgo sería de los directivos y los trabajadores tienen valores y capacidades.
Los códigos éticos intentan representar la cultura y la filosofía de la empresa, orientar a un grupo de personas en busca de un mismo objetivo ayudando a su integración y coordinación. Por tanto, podríamos concluir diciendo que el código ético nace para identificar las inquietudes y valores de cada empresa en particular, con el objetivo de que sean reconocibles tanto para la propia organización como para los agentes externos a la misma.
En una entrada posterior, Códigos éticos (II), continuaremos explicando de qué partes está compuesto y para qué sirve.
[1] http://www.iberdrola.es/conocenos/una-gran-empresa/vision-valores/
[2] García-Marzá, D. (2004): Ética Empresarial: Del diálogo a la Confianza. Editorial Trotta. Madrid
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