Códigos éticos (III)
Motivos por los que sirve de ayuda para el pequeño empresario.
Un empresario medio de cualquier tipo, desde el autónomo profesional independiente hasta los negocios y tiendas a pie de calle, pueden tener un buen aliado en la realización de un código ético. Intentaré esclarecer las razones por las que pienso de esta forma.
Cada vez es más común que pequeños negocios se sustenten de venta “online” o venta a través de su propia web. Otros incluso tan sólo son negocios de venta “online” sin tienda física que puede levantar sospechas sobre si los datos de compra o venta pueden ser seguros, si llegará la mercancía que describen y un sinfín de dudas que nos pueden asaltar. Otros negocios más tradicionales como mucho podrán tener una web de apoyo con datos básicos de contacto y poco más, pero cada vez nos encontramos menos negocios que gestionen todos los aspectos de su empresa de forma física.
Un código ético lo pueden utilizar todos, unos mostrándolo a través de su web, otros a través de una publicidad o adherido a un presupuesto, y todos ganarán la confianza en su negocio, la confianza necesaria para fiarse de la compra online, la confianza necesaria para comprar en la tienda del barrio porque es un negocio “responsable y comprometido”.
Una de las pocas cosas buenas que ha traído consigo la crisis es que cada vez más gente da la espalda a las grandes corporaciones y empresas. Es un movimiento muy lento pero que se afianza, generando una compra por cercanía y por tanto ayudando a un importantísimo desarrollo local, casi olvidado desde la llegada de los Centros Comerciales. Es decir, cada vez es más común el apoyo a los negocios locales y se compra más por proximidad por lo que la demostración pública de que nos preocupamos por unos valores puede calar en este tipo de clientes y así fidelizarlos y ganar su recomendación.
Cabe afirmar que es posible beneficiar a nuestro pequeño negocio gracias a plasmar su identidad como empresa en un código ético y generar así confianza en las relaciones que se vayan creando de nuestra actividad.
¿Quiere esto decir que si hago un código ético para mi negocio me irá bien? La respuesta es, evidentemente, que no. Es preferible creerlo que hacerlo, si se cree y se hace perfecto, porque si ya se es responsable y preocupado por hacer bien las cosas y encima se puede ayudar a su pequeña empresa por su divulgación mejor, pero si no se cree en ello y se hace, puede que al principio se consiga algún cliente pero a la larga pasará factura. Para este último caso puedo poner de ejemplo a las grandes entidades financieras de este país, que por un lado tienen unas memorias de sostenibilidad extensísimas y unos códigos éticos muy elaborados pero por otro desahucian o han desahuciado sin importar a quien ni cómo y lo único que han conseguido es arruinar su credibilidad.
Mi consejo es, se responsable e intenta hacer las cosas bien en tu negocio, si encima puedes reflejarlo en un código ético y hacerlo público, mejor, seguro que te ayuda.